Es habitual que los pacientes que han sufrido un infarto padezcan insuficiencia cardíaca. Además, es usual que, tras una cirugía cardíaca, teman realizar actividad física por miedo a recaer o empeorar su estado.
Estos problemas no son solo físicos, también son psicológicos y les lleva a empeorar la calidad de vida, puesto que suelen adoptar una vida sedentaria –contraproducente con su patología– ante el temor a enfermar de nuevo.
Evitar caer en malos hábitos como el tabaquismo o la mala alimentación es clave para la recuperación
Los pasos para una recuperación adecuada
Los programas de rehabilitación cardíaca comienzan cuando el paciente supera el infarto. «Al recibir el alta hospitalaria temen recaer y tienden al sedentarismo por miedo. Incorporarse a un programa de rehabilitación cardíaca les ayuda a la recuperación de un estado físico y mental saludable, así como a la prevención de recaídas», explica la cardióloga Esther Merino, responsable de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca que el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid puso en marcha en 2018.
No obstante, este no es el único objetivo de la rehabilitación cardíaca, puesto que es fundamental realizarla para que el paciente evite volver a enfermar del corazón en el futuro.
«Hoy en día sabemos que las personas que realizaron un programa de rehabilitación cardíaca tienen menor riesgo de mortalidad y de presentar nuevamente un problema cardíaco que aquellas que no lo hacen», agrega la doctora.
Este programa, que está dirigido a quien «haya tenido un problema en el corazón o presente un riesgo elevado de tenerlo», recomienda el ejercicio físico, pese a que hasta hace no mucho se les prohibía a los enfermos de corazón.
«El desarrollo tecnológico permite que podamos monitorizar el electrocardiograma sin cables y de forma continua»
«El desarrollo tecnológico permite que podamos monitorizar, sin cables y de forma continua, el electrocardiograma durante las sesiones de ejercicio que los pacientes realizan en el hospital«, detalla la doctora Merino.
La rehabilitación cardíaca consta de cuatro pilares fundamentales, como el ejercicio físico, la detección y control de los factores que han llevado a la enfermedad, la atención psicológica y la información para el autocuidado.
El autocuidado «es básico», porque «cuanta más información le demos, mejor sabrá cuidarse al entender por qué debe continuar sin fumar, comiendo de manera saludable, haciendo ejercicio habitualmente, tomando su medicación y acudiendo a sus revisiones médicas».
La Unidad de Rehabilitación Cardíaca, dirigida por Esther Merino, ha sido distinguida con el certificado de «Excelente» por la SEC
Este programa, que se lleva a cabo por la Unidad de Rehabilitación Cardíaca de este hospital en el que trabaja la doctora Merino, ha sido reconocido con el certificado «SEC-Excelente» por parte de la Unidad de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Este organismo estudia y compara los estándares, audita y acredita a las distintas unidades asistenciales. De esta forma, esta acreditación supone un espaldarazo a la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, que lleva en marcha desde verano de 2018.
La atención psicológica, fundamental
El apoyo psicológico es capital para que el paciente retome su vida de forma saludable, sin vicios y con capacidad de autogestionarla. El jefe del servicio de Rehabilitación y Medicina del Deporte del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, Luis Serratosa, indica que el miedo a retomar su actividad laboral, deportiva o sexual normal conlleva «riesgo incluso de caer en un estado de ansiedad o depresión».
Aunque el número de sesiones depende del paciente, la fase de rehabilitación ambulatoria que comienza tras el alta hospitalaria «tiene una duración de 2 a 3 meses, con de 1 a 3 días y horas por semana».
«Los beneficios son muchos y el riesgo mínimo», señala el doctor, ya que está demostrado que los pacientes de la rehabilitación cardíaca tienen «menor mortalidad, menor riesgo de recaídas, acuden menos a consulta médica, reducen la medicación, mejoran su nivel de autoconfianza y estado de ánimoy mejoran su calidad de vida».
«El paciente debe entender que la rehabilitación cardíaca es una parte fundamental de su tratamiento»
Es indispensable que el paciente entienda que el objetivo «es que cambie de estilo de vida y mantenga los hábitos adquiridos durante el programa de rehabilitación para el resto de su vida» y que entienda que se trata de una «parte fundamental» de su tratamiento.
Todos los profesionales, estima el doctor Serratosa, deben colaborar de la forma «lo más estrecha posible» para que el cambio y mejora en el paciente sea duradero y con los mayores beneficios posibles.
«El equipo de personas implicadas en los programas de rehabilitación cardíaca debe ser multidisciplinar y, a ser posible, integrar a médicos especialistas en cardiología, rehabilitación física o medicina del deporte, neumología, urología, endocrinología y nutrición, psicólogos, enfermeros y fisioterapeutas», finaliza.
Artículo originalmente publicado en La Información.